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DE LA NO-INTEGRACIÓN A LA INTEGRACIÓN

 

En la revista “Life”del mes de junio de l996, se publicó una fotografia titulada “Lean on Me”. Dos bebés prematuros que nacieron 12 semanas antes del término de la gestación, fueron colocados en incubadoras separadas. Mientras la niña mayor dormía plácidamente, la menor presentaba problemas respiratórios y cardíacos, no aumentaba de peso, precisando cuidados. Finalmente, una enfermera resolvió usar una técnica llamada “double bedding”, colocó a las gemelas juntas en una misma incubadora, siendo esa la primera vez que volvian a estar juntas, después de compartir el útero materno.
Inmediatamente la menor se acomodó junto a su hermana y según contó la madre, se calmó en el acto. La niña empezó a desarrollarse y antes de lo esperado, pudieron volver a casa.

El impacto que produce esta imagen visual, hace reflexionar sobre las palabras de Bion, al teorizar sobre el pensar, cuando se refiere a la búsqueda innata de un seno que pueda satisfacer las necesidades del ser humano. “Los pensamientos pueden ser clasificados, de acuerdo a la naturaleza de su historia de desarrollo, como preconcepciones, concepciones o pensamientos y por fin conceptos. La concepción se inicia a través de la conjunción de una preconcepción con una realización. La preconcepción puede ser considerada como lo análogo en psicoanálisis al concepto de Kant de “pensamientos vacíos”. Desde el punto de vista psicoanalitico, la teoría de que el bebé tiene una disposición innata, que corresponde a la expectativa de un seno, puede ser usada como modelo.”

En “Bion and the Babies”, Susan Isaacs Elmhirst afirma: “Bion ha descrito cómo los estados emocionales primitivos, tanto los de placer como los de dolor, son experimentados concretamente y, como tales, no son disponibles para el desarrollo mental. Estos estados no pueden ser pensados, imaginados, soñados o recordados (en oposición a ser repetidos), hasta que se hayan transformado en experiencias abstractas. Un bebé no tiene la capacidad de transformar sus experiencias primitivas de elementos beta en elementos alfa,excepto por identificación con un objeto capaz de ejercer tal función fundamental.

A través de la identificación proyectiva, el bebé evacúa el conglomerado de experiencias buenas y malas dentro del objeto parcial que cuida de él. Este objeto parcial receptivo ofrece una realización de la expectativa innata del bebé; su preconcepción de que lo impensable puede ser pensado, lo insoportable, soportable. Así, el “seno”, como se denomina al objeto parcial primario, al recibir las proyecciones de elementos beta, los transforma en elementos alfa, pensables, almacenables y soñables. Puede entonces ocurrir la identificación o un vestigio de identificación, con ese objeto parcial, capaz de ejecutar la función alfa.

El objeto parcial receptivo, con capacidad de ejercer la función alfa es condiciones naturales la madre, pudiendo, sin embargo, ser reemplazada por alguien que esté encargado del bebé, con capacidad de “reverie”, es decir alguien capaz de transformar la proyección del caos y la confusión concretamente experimentados por el bebé, y responder a ello de forma creativa.

Podemos suponer que en el ejemplo mencionado, la enfermera haya respondido de forma creativa, yendo al encuentro de las necesidades de ese bebé prematuro, retirado anticipadamente de las condiciones en que estaba desarrollandose junto a su hermana gemela en el útero materno.

El misterio del origen de la vida es algo que trasciende el área del psicoanálisis. Desde siempre la ciencia, la religión y la filosofia buscan profundizar sus conocimientos a través de investigaciones para intentar encontrar las explicaciones. Como afirma Bion, “cuando un navegante se orienta por una estrella, sabe que no la alcanzará, pero seguirá su rumbo en dirección a la estrella”.

En l983 atrajo mi atención una información en el panel de cursos opcionales de la Sociedade Brasileira de Psicanálise de S. Paulo, sobre un curso de observación de la relación madre-bebé. Posteriormente participé en la creación del Centro de Estudos Psicanalíticos Mãe-Bebê-Família de S.Paulo, y desde entonces, sigo de cerca el trabajo de un grupo de profesionales que se dedican de manera decisiva a la comprensión de los fenomenos mentales que ocurren en esa primera relación. Los cuales permiten o no, que el ser humano, a través de un proceso dinâmico, efectue los pasos necesarios desde la no-integración a la integración, para moverse en dirección de su individuación.

Daniel Stern al exponer sus ideas sobre la vida subjetiva del bebé, y como ésta puede desarrollarse, nos dice: “Planeo colocar el sentido del yo en el mismo centro de la investigación. El yo y sus fronteras están en el vértice de la especulación filosófica sobre la naturaleza humana, y el sentido del yo y su contraposición, el sentido del otro, son fenómenos universales que influyen profundamente en todas nuestras experiencias sociales”.

A través de la observación de la relación madre-bebé, por el método Esther Bick, los observadores tienen, algunas veces, el privilegio de seguir momentos de integración, en los que bebés, desde una fase inicial de su desarrollo, expresan comportamientos que se refieren a pasos de un proceso vinculado al surgimiento de su individualidad.

Al seguir sistemáticamente el desarrollo del vínculo madre-bebé durante los primeros dos años de vida, se puede observar gradualmente el surgimiento de una personalidad que va poco a poco diferenciandose en aquello que posee de único y indivisible. Para que se realice este proceso de individuación, son de vital importancia factores relacionados al mundo interno y externo del bebê. El “llegar-a-ser”de un individuo es un proceso continuo que lo acompaña durante toda la vida, pienso que desde la concepción hasta la muerte.

Esther Bick, al establecer el rol del observador, dice que éste tiene que sentirse incluido, en grado suficiente, en el seno de la familia para sentir el impacto emocional de las dinámicas relacionales, al mismo tiempo que necesita encontrar una posición en la que sus emociones no distorsionem el proceso que está observando.

Padres y observadores no tienen dudas en afirmar que sienten cuando el bebé empieza a interactuar, dando señales de reconocimiento. En contraposición a una mirada que parecia deslizarse sobre el objeto, sin establecer un contacto, hay un fijarse, como estudiando a quien allí se encuentra. La sonrisa social surge como una señal de interacción, el comienzo de la posibilidad de constatar que hay otro presente. Estas y otras señales del desarrollo de la vida emocional que se manifiestan al principio con la madre, o con quien ejerce la función materna, se van expandiendo gradualmente, ampliando el espacio interrelacional.

Observé a una niña, segunda hija de una joven madre, en una familia que disponía de pocos recursos, tanto desde el punto de vista material, como emocional.
Fernanda nació exactamente un día después del primer cumpleaños de su hermano, Fernando. Después supe que el niño no era hijo del padre de Fernanda . La madre resolvió venir a S. Paulo porque, al quedar embarazada, decidió salir de su ciudad natal. Sin disponer de recursos materiales para sobrevivir, ni parientes que pudiesen ampararla, conoció al padre de Fernanda, un hombre mucho mayor, desempleado y alcoholizado. La madre se mostraba extremadamente preocupada en relación a las reacciones del hijo, ante la posibilidad de que el sintiera celos si ella se ocupaba de la pequeña. La amamantó durante 45 dias y, en las últimas observaciones antes del destete, dejaba a la niña acostada en la cama de matrimonio al ofrecerle el pecho, sin tomarla en los brazos. Fernanda se quedaba mucho tiempo con la vista fija en una lámpara colocada encima de la cama, que estaba siempre encendida. En el período inicial de la observación la característica predominante era la de un bebé con muy poco contacto con el ambiente, incluyendo a la madre. Al cumplir seis meses de vida, su hermano tuvo que ser internado por problemas de salud, permaneciendo en el hospital durante 10 días. En la observación realizada en esa ocasión, se constató un cambio en la expresión de la pequeña; los ojos le brillaban más y demostraba mayor interés en lo que la rodeaba. La madre me contó que, desde que el hijo había sido internado, ella había ido todos los días al hospital llevando a la niña en brazos, y allí se quedaba durante todo el tiempo de la visita. Ese día, cuando llegué, las encontré llegando también a casa. La madre de sentía muy angustiada por el hijo, pero durante toda la observación permaneció con la niña sentada sobre sus rodillas. Colocándola frente a mí y a una cierta distancia de su cuerpo, se podía notar un cambio dramático en su carita, a pesa de la dificultad de la madre para mimarla. En cierto momento, al tratar de levantar la barandilla de la cuna, con la hija en brazos, perdió el equilibrio y casi la dejó caer en el suelo. Entonces me dijo angustiada: -Ayúdame, Daisy! -
En las observaciones subsiguientes la niña disponía de un regazo materno y protestaba intensamente cuando la madre no respondía a su llanto. El bebé empezó a expresar sus sentimientos demonstrando rabia, miedo a los extraños, incluso en relación a la presencia de la observadora, pero también satisfacción, especialmente cuando el hermano jugaba con ella.

Esther Bick describe el contacto epidérmico como el elemento inicial en las primeras relaciones entre madre y bebé, con la función de iniciar el proceso de internalización del objeto. “(...) en su forma más primitiva, las diferentes partes de la personalidad se siente como si no tuvieran ninguna fuerza de unión entre sí y por tanto, deben mantenerse unidas de un modo vivido pasivamente, con la piel como límite. Pero esta función interna de contener las partes del self, depende en un princípio, de la internalización de un objeto externo, sentido como capaz de cumplir esa función. Más tarde, la identificación con esta función del objeto, sustituye el estado no-integrado y da origen a la fantasia de espacios internos y externos.”

Cuando hay fallas en el ejercicio de la función materna, al principio de la relación madre-bebê, o debido a ataques contra la madre a nivel de fantasía, se perjudica la internalización, acarreando la posibilidad del surgimiento de ansiedades catastróficas en estado de no-integración.

En la observación mencionada anteriormente, pudimos seguir las reacciones de un bebé que buscaba un objeto que pudiera ser vivenciado como continente, para mantener unidas las partes del self en ese estado inicial de no-integración. “Una luz, una voz, un olor u otro objeto sensorial que pueda acaparar la atención para ser vivenciado, al menos momentáneamente, como un objeto que mantiene unidas las partes da personalidad”, describe Bick en el mismo artículo, demonstrando que en ese vínculo inicial están presentes madre y hijo buscando la complementación necesaria para satisfacer sus necesidades. En un momento posterior, donde suponemos la existencia de algunas funciones continentes internalizadas, el bebé busca conquistar y expandir el espacio interno para la construcción del objeto.

D. Stern al decribir el surgimiento y desarrollo de la identidad en la fase inicial de vida, menciona quatro momentos que denomina: el sentido de un yo emergente, el sentido de un yo nuclear, el sentido de un yo subjetivo y el sentido de un yo verbal. “En cada uno de esos cambios mayores, los bebés dan la fuerte impresión de haber vivenciado cambios significativos en su experiencia subjetiva del yo y del otro. Estamos de pronto lidiando con una persona modificada,y lo que es diferente en el bebé, no es simplemente una nueva serie de comportamientos y habilidades; el bebé repentinamente tiene una “presencia” adicional y un “sentir”social diferente, que es más que la suma de las muchas capacidades y comportamentos recientemente adquiridos...”.

Seguir este proceso longitudinalmente, durante y a través de la observación del vínculo inicial, le proporciona al observador la condición increiblemente privilegiada de atestiguar la vida germinando, creciendo y floreciendo ante nuestros ojos.

 

B I B L I O G R A F Í A

1. BICK, E. (l962
Notes on Infant Observation in Psycho-Analytic Training. In COLLECTED PAPERS OF MARTHA HARRIS AND ESTHER BICK. Perthshire, Scotland: The Clunie Press, l987. pp.240-256

2. BICK, E. (l967)
A Experiência da Pele em Relações de objeto arcaicas. In MELANIE KLEIN HOJE, V. 1. Ed. E. B. Spillius. Rio de Janeiro: Imago Editora , 1991. pp 194-198

3. BION, W.R. (1961)
Uma Teoria do Pensar. In MELANIE KLEIN HOJE, V. 1. Ed. E.B. Spillius. Rio de Janeiro: Imago Editora. 1991. pp 185-193

4. ELMHIRST, S. I. (1980)
Bion and the Babies. In DO I DARE DISTURB THE UNIVERSE? Ed. James Grotstein. London: H. Karnac Ltd. 1981. pp 83-91

5. STERN, D. (1992)
O Mundo Interpessoal do Bebê. Porto Alegre: Artes Médicas. l992.

 

Daisy Maia Bracco
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DE LA NO-INTEGRACIÓN A LA INTEGRACIÓN

DAISY MAIA BRACCO

I COLÓQUIO DE OBSERVACIÓN DE BEBÉS
BARCELONA - 1996