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Coloquio Internacional - Observación del Bebe - Barcelona 26,27,28,29/9/1996

ACERCA DE LA OBSERVACION DEL NIÑO Y DE LA INFANTILIDAD: QUÉ PODEMOS SABER?

Sesto-Marcello PASSONE

Nuestro propósito se situa a nivel de una preocupación de epistemología clínica. El tema es el de los procedimientos de observación de la primera infancia. Entre estos procedimientos -múltiples y variados - el que nos reune para este Coloquio ya tiene por si mismo un lugar preferente: se trata de el mencionado Método E. BICK. Hace ya casi cincuenta años que Esther BICK puso a punto dicho método, como requisito previo preuniversitario o complemento, para la formación de los analistas y de los psicoterapéutas infantiles (E. BICK, 1964). Este método ha gozado de una amplia difusión en numerosos países. Los participantes que se encuentran en este Coloquio lo atestiguan.

Los numerosos escritos que relatan experiencias de observación del bebé en su entorno familiar, muchas veces son ricos en intuiciones y en hypótesis especulativas, confirmando de esa forma el potencial del dispositivo legado por BICK. Con el tiempo, este método también ha inspirado experiencias de aplicación fuera de su contexto de formación. De esa forma, también responde a nuevas finalidades: la de la prevención, la de un diagnóstico precoz o de un tratamiento de los trastornos psíquicos que afectan al bebe (R. SANDRI, 1994; M-B LACROIX, 1995; C. BRUTTI & R. PARLANI; S. PASSONE, 1987). Sin embargo, ante dicha producción, muy pocos son los trabajos que cuestionan el método en sus cimientos como tampoco en las múltiples implicaciones de su dispositivo. Igualmente, pocas son las preguntas sobre el tipo de conocimiento sacado de su aplicación y de los usos a los que se pueda pretender. Todo método, incluso fecundo y el método BICK lo es evidentemente, no es extensible sin una profunda interrogación sobre la identificación de su campo de pertinencia y por supuesto, sobre la fiabilidad de su utilización.

Por el hecho mismo de su difusión, somos de los que estimamos que dicho método tiene derecho a este cuestionamiento, asi como sobre al interes de su devenir. No se trata desde luego de hacer un método rigido. El riesgo consistiría entonces en amordazar la creatividad necesaria a su uso. Mejor dicho, se trata de revelar una preocupación, la de una cierta indeterminación de su estatus en un campo - él del bebé y su familia - que también centra el interés de varios otros métodos de observación. Todos estos métodos divergen en sus procedimientos, sus fines y más sutilmente en su meta propia. En efecto, acometer la interacción no significa forzosamente descubrir en ello la interrelación. El plan de lo interpersonal no ilustra directamente el plan de lo intrapsíquico. Lo que aparace no da plenamente cuenta de lo subjetivo, etc. Se requieren procedimientos de investigación bien diferenciados para la observación y el señalamiento de puntos de referencia de los factores que intervienen en la génesis y en la organización de la personalidad.

La selección del procedimiento que "construye" el mismo al objeto, solo puede estar en adecuación con un plan privilegiado. Debe postularse este plan como determinante del fenómeno estudiado. Todo acto de conocimiento siendo portador de una hipótesis de factores de causalidad, ¿ qué es de ello en nuestro campo ? ¿ Cuales son los determinantes (interaccionales, interrelacionales u otros) de la "causalidad psíquica" del bebe (y de su madre): objeto de nuestra observación ?

Este primer eje de interrogación debe ser tratado por una gestión de naturaleza comparativa y, diferencial, entre el Método BICK y otros métodos adoptados para la observación del bebe. Esta gestión plantea la siguiente pregunta: ¿ Cuál es "el objeto de conocimiento" que cada uno de los procedimientos de observación construye ? Esto permite poner de relieve al objeto propio al Método BICK: indudablemente es el niño de pecho con su madre, observados en su ambiente de vida "natural". Un observador penetra en este ambiente durante uno o dos años a razón de una hora por semana, con una meta declarada, la de poder seguir el desarrollo (¿ interactivo, relacional, psicológico, psíquico ?) del bebe. Dicha experiencia es presentada a la familia como útil para la propia formación profesional del observador. Más allá de la aparente sencillez de la gestión y de la extensión de un contrato explícito que va a comprometer a los protagonistas, se establece un segundo plano más implícito (en cuanto a las motivaciones y expectivas recíprocas), obrando a lo largo de la experiencia. ¿ Qué elaboración podrá encontrar dicho aspecto implícito, por parte de los protagonistas implicados ? Nos encontramos en pleno campo de fenómenos transfero-contratransferenciales, cuya movilización producirá diferentes destinos de mentalización, según la disponibilidad de los marcos que la favorecen: marcos internos y externos a los protagonistas. Es cierto que para el observador hay el grupo de seminario, y en este caso su propio análisis; en tanto que para el bebé y su familia, tan solo existe el marco representado por el dispositivo mismo de la observación. Esta situación nos lleva a hacernos más preguntas sobre las múltiples implicaciones debidas a la movilización inducida por el método, sobre el "devenir" de los elementos no elaborados por todos sus protagonistas y, a la vez, sobre los conocimientos obtenidos de la observación. Si la dimensión contra-transferencial del observador posee una virtualidad de elaboración, no es el caso de la dimensión transferencial activada en los otros protagonistas de la situación de observación. Sobre este punto, hay que reconocer que la relación de filiación entre el Método BICK y el psicoanálisis se hace bastante problemática, tanto sobre la vertiente de los efectos debidos a los marcos de elaboración de la experiencia, como sobre la vertiente de los conocimientos adquiridos.
El "situs" de la observación directa no es equivalente al situs, el del tratamiento analitico. Esta diferencia constitutiva crea repercusiones sobre las modelizaciones formuladas a propósito del desarrollo psíquico. Esta cuestión no se reduce únicamente a la articulación controvertida entre material de "reconstrucción" y material en "directo"; si nó que ante todo tal vez también interesa al procedimiento mismo de la puesta en evidencia y elaboración del material de observación.

El niño de la observación directa no es acercado de la misma manera que la infantilidad a la que se refiere la teoría análitica y sus modelos de desarrollo psico-sexual.

Estos pocos elementos pueden ser resumidos de la siguiente manera: ¿ En qué sentido el Método BICK es analítico ?, en otros términos, ¿ Cuál es su relación de filiación con el psicoanálisis ? No ponemos en duda que dicho vínculo exista. Pero es preciso delimitarlo, ya que evidentemente es muy complejo. Los fenómenos reconocidos observables en la situación experimental de transferencia no son directamente asimilables a los identificados por la observación directa; a menos de no revisar el concepto bitemporal de la actividad psíquica y de borrar en parte el papel de la "pulsionalidad", del conflicto, del fantasma, etc.

No basta con que la observación directa del bebé - bajo varias formas - sea practicada desde hace mucho tiempo por eminentes especialistas (SPITZ, WINNICOTT, MAHLER, BICK, HARRIS), para que, de entrada, sea utilizable para analitícamente madalizar el desarrollo normal y patológico. La noción del "après-coup" sigue siendo esencial para dar cuenta de los efectos patógenos del traumatismo. La ambición de mantenerse "en el hecho mismo", en directo, puede producir efectos equivocados si no se ponen en paralelo las observaciones de los fenómenos transferenciales en situación psicanalítica con las de la situación de observación. Es decir, asimilar las manifestaciones psicopatológicas y el funcionamiento del bebe.

La situación de cura y la situación de observación directa tienen en común la focalización del plan relacional, las expresiones de los afectos dentro de la comunicación interpersonal e intrapsíquica. Sin embargo, la noción de "relación de objeto" en psicoanálisis refleja el "objeto de la pulsión" que no corresponde totalmente a la "relación con el objeto" (como persona) ni a sus transacciones expresivo-comportamentales. El niño de la observación BICK, con su madre (o su padre: deser del otro, con él que desee el primero), no puede asimilarse ni al de l'"infant research", ni al "infantile" cuyo trabajo analítico nos muestra constantemente sus producciones. Esa "infantilidad" que también se encuentra en el "adulto" (F. GUIGNARD, 1996), puede dar lugar a múltiples inferencias respecto a lo que queda de la niñez en el inconsciente, pero que no coincide directamente en el "niño con su madre". Esta infancia tan solo se deja laboriosament vislumbrar en la situación analítica. Ésta, por su trabajo respaldado por sus propios parámetros dentro de movimientos transfero contro-transferenciales, permite que el sentido oculto sea disponible para el pensamiento consciente, y por lo tanto permite que sea el apoyo a la subjetivación de la experiencia personal.

Ahí tocamos una diferencia capital en el propósito de las observaciones madre-niño de pecho. Los modelos de desarrollo resultantes de l'"infant research" - tienen como postulado un papel predominante del acontecimiento presente - cuando los que proceden del psicoanálisis postulan el papel de la ausencia, de la carencia (alucinación del no-pecho) en la activación del pensamiento. La observación interaccionista se refugia en lo no-decidible en cuanto al papel de uno o del otro miembro de la diada real- la interacción da lugar a una espiral co-construida.

En psicoanálisis, esta pregunta del papel es complicada por plurisemia de la noción de objeto y por el lugar que le es atribuido en la organización mental naciente del niño de pecho: aquí, se trata bien de interesarse a los actos del mundo interno, a lo que lo activa; en otros términos a los destinos de las pulsiones a través de la relación con el otro (S-M. PASSONE, 1996).

Es con esta consideración que me gustaría concluir, esperando que la evocación de algunos de estos puntos problemáticos contribuya a una mejor definición del método, y a su utilización para alcanzar los fines indicados por la Señora BICK, a quien va toda nuestra admiración.

Bibliografía:

BICK E. (1964): Notas sobre la observación del bebé en práctica psicoanalítica - Notes on infant observation in psycho-analytic training. En "Intern. Journ. Psycho-Analis", 45.

SANDRI R. (bajo su mando) (1995): Observación del niño de pecho según E. BICK y sus aplicaciones. "L'observation du nourrisson selon E. BICK et ses applications"; Lyon, Ed. Césura.

LACROIX M.B. (bajo su mando) (1995): Los lazos de Admiración. "Les liens d'émerveillement"; Toulouse, Ed. Erès.

BRUTTI C., PARLANI R, PASSONE S. (1986): Cursillo de jornada completa con niños psicóticos (Cuadernos de la Psicoterapia infantil) - Stage a tempo pieno con bambini psicotici, in "Quaderni Psicoterapia infantile"; Roma, Ed.Borla.

GUIGNARD F. (1996): Ideas libres sobre la observación del niño. Uso y abuso del método E. BICK; en Cuadernos de la psicoterapia infantil - Libere idee sull'osservazione dell'infante. Uso ed abuso del metodo E. BICK; in "Quaderni di psicoterapia infantile", n˚ 33 Roma, Ed. Borla.

PASSONE S-M (1996): Sobre la observación del niño y del comportamiento infantil: algunas precisiones, en Cuadernos de psicoterapia infantil - Sull'osservare il bambino e l'ifantile: alcune precisazioni. In "Quaderni di psicoterapia infantile", n˚ 33; Roma, Ed. Borla.

 

Sesto-Marcello PASSONE
Departamento de Psicología Clínica
Universidad de Louvain
Place Cardinal Mercier, 10
B-1348 Louvain-la-Neuve
Belgique